29 julio 2011

Inspirar(te)



Tienes razón cuando relacionas el éxito con la capacidad de inspirar. Y, sí, los griegos estaban en la verdad: la inspiración puede ser entendida como un arrebato de los dioses.

Pero la inspiración también se puede provocar o estimular. La necesidad ha sido por excelencia el modo de provocar la inspiración, ya lo decía Platón "la necesidad es la madre de la invención". Pero "la necesidad" se puede entender de muchos modos. Por eso, te voy a decir lo que a mí me funciona:

1. Sal de tu zona de confort

A veces nos atoramos pensando que sólo hay una respuesta correcta para solucionar los problemas -creo que se lo debemos a un sistema educativo que aún no descubre al hombre-. Y no es cierto. Generalmente hay muchas soluciones a los problemas, pregúntale a Edward de Bono.

Salir de nuestra zona nos ayuda a liberar nuestra cabeza, a pensar "fuera de la caja". Para ser verdaderamente inspirador, para encontrar ese "por qué" profundo que rija nuestra comunicación y nuestro modo de pensar, que despierte el interés en las cosas importantes, es bueno salir. Visita museos, lee, haz deporte, escucha música diferente -escucha en general-, date un respiro y ríete de ti mismo.

2. Reta los procesos

Una vez que detectas que los zapatos no tienen que ser negros, que las ciudades pueden tener otros sistemas de transporte, que las categorías con las que sueles trabajar podrían estar mejor organizadas, haz una lluvia de ideas que provoque lo alterno, lo aleatorio. Te recomiendo leer poesía. La poesía es, generalmente, aleatoria.

A mí me sirve hacer conexiones. Conectar lo que está desconectado. Relacionar lo que no está relacionado: una sandía y un reloj; un celular y un pájaro; una avellana y un bigote.

2.5 Detecta

Es tedioso pero "después de la tormenta siempre llega la calma". Después de la lluvia de ideas, detecta "qué" es lo relevante, "cómo" y "por qué" es relevante. Generalmente aquí es cuando encontramos las nuevas soluciones, ésas que inspiran.

3. Mueve mentes y corazones

Ahora sí. Comparte tu idea arrolladora, esa que mueva -que motive- las mentes y también los corazones.

Decías que todos somos únicos. Pues a todos debes lograr sembrarles "la espinita". Genera curiosidad en su interior. Ya lo decíamos, haz que se interesen con un poco de misterio. Y provoca coraje -una actitud pro-activa, diría Covey-, que les haga tomar riesgos.

4. Estimula a la acción

Algunas empresas de innovación, califican sus proyectos con el "factor de felicidad" -y no tiene nada que ver con última campaña de Coca-cola-. Si el factor de felicidad de mi producto o servicio no es más grande que "x" o es cuestionable, entonces lo tiro, lo deshecho.

Estimular a la acción es hablar en infinitivo, "hacer que las cosas sucedan". Te recomiendo leer a Scott Belsky, el fundador de Behance, que es un experto en la materia. Si no te funciona también les puedes enseñar el video del fuá.

5. Festeja

Francisco Azcúnaga, ex-rector de la UDEM, me dijo una cosa que se me quedó muy grabada: festeja. Festeja cada evento importante de tu vida y de los que te rodean, porque así le añades valor a los pequeños detalles de la vida. Y los haces memorables.

Pero no gastes. Aplica el "de traje" -saca tu lado más regiomontano- y que cada quien lleve lo suyo. Un empresario multimillonario la aplicaba y a cada invitado le pedía que llevara algo, no más de unos cuántos dólares y así armaba todas sus fiestas.

No pretendo ser dogmático ni hablar de reglas, ennumerar estos tips es un modo de dar valor. Ojalá que te ayuden a sacarles el ¡wow! a tus alumnos. Y que te recuerden como uno de esos grandes maestros.

Foto por Ian Sobolev

26 julio 2011

Vender(te): La respuesta

Preliminar.

Andrés Oliveros y yo estamos iniciando un "Proyecto Maestro" (del que no podemos hablar todavía, salvo que seas Andrés u Óscar).

Andrés es un tipo balanceado: lee, hace ejercicio y come bien. Es como todos los mensajes en letritas blancas que ponen en los anuncios de TV combinados en una sola persona. Además, es notoriamente divertido, quiere ser hipster -si no me creen, vean su reloj- y toca la guitarra como un semi-semidios. Imagínate el mejor guitarrista del mundo. ¿Ya? Bueno, Andrés se sienta a comer en la misma mesa con él.

También es escritor y sabe, como yo, que la vida es muy chida. Por eso, busca hacer puras cosas que le gusten. Piensa principalmente como humanista, con una visión de la Historia (y de las leyes) muy estructurada. Pueden descubrir más acerca de él en Mondoli, su blog.

Él explica en qué consistirán nuestras siguientes entradas. Haz click aquí para averiguarlo.

Te lo adelanto. Le escribo a él y a ti también.

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Andrés.

Te voy a decir algo simple que aprendí sobre vender: ya no está de moda. Creo que se lo aprendí a Daniel Macías, mi socio en BANG!

Nadie quiere vender y, sobretodo, nadie quiere que le vendan. ¡Qué flojera! Ya no tenemos tiempo para eso.

A todos nos ha pasado. El clásico vendedor que llega a casa vendiendo mil y un maravillas: la nueva crema que te tanea como si hubieras estado en la playa por dos o tres meses, el gel que adelgaza, el método de lectura rápida... ¡Le cierras la puerta!, ¡sal!, ¡no me interesa!

Más aún, los vendedores -los malos vendedores- ahora hasta regalan conciertos, pases al cine y hasta vacaciones para que los escuches un momento.

Recopilaré cuatro grandes ideas que funcionan en mi campo y, por lo que veo, en todos los campos. Ojalá te sirvan. Cuando los leas verás que vender puede sustituirse por invitar. Invitar es mucho más a gusto.


1. Trabaja duro (me lo enseñó la vida)

Sólo de ese modo tendrás algo de valor para dar. No han descubierto una manera más fácil. O trabajas o trabajas.

Y parece evidente. Nadie sigue y nadie compra lo que no vale. Tú mismo lo decías ayer: dale valor a lo que haces.


2. Sé interesante, no perfecto (se lo aprendí a Seth Godin)

Es imposible ser perfecto y mantenerlo -no es humano- y es, de hecho, aburrido. Puedes pretender ser perfecto por un tiempo pero, en el momento en que bajes la guarda y dejes de serlo, la gente dejará de creer en ti.

Es mejor ser interesante. Cuando eres interesante, mantienes fresco ese misterio que te permite dejar de ser interesante por un tiempo y ¡no importa! la gente esperará por ti. El interesante se enfoca en darle textura a las cosas, en las relaciones interpersonales, en la persona.

En conclusión, sé interesante e interésate en los demás.


3. Sé un visionario (me lo dijeron Jens Martin Skibsted y Rasmus Bech Hansen)

La gente muestra interés cuando puede ser guiada por una mente con una visión clara del mundo, con una estructura de valores única y una cultura que enriquece.

Esa visión tiene que estar integrada y ser consistente a lo largo del proyecto -o de la clase, en tu caso-; es la que va a provocar, es el poke.


4. Inspira (del maestro Simon Sinek)

Los grandes líderes, los que inspiran, se comunican de una forma especial. Simon Sinek lo explica muy bien con su "Golden Circle", y me recuerda un poco a mis clases de filosofía o periodismo: ¿por qué?, ¿cómo? y ¿qué?

De acuerdo con este modo de pensar, todos sabemos al 100% "qué" es lo que hacemos, es lo más superficial, lo más notorio; algunos saben "cómo" lo hacen, los procedimientos, los procesos; pero muy pocos saben "por qué" lo hacen: ¿por qué me levantan cada mañana?, ¿por qué hago lo que hago? Como resultado de esto, la mayoría de la gente se comunica de afuera hacia adentro, empezando por el "qué". Son pocos los que hablan, piensan y actúan de adentro hacia afuera.

Sinek usa el ejemplo de Apple:
"Si Apple fuera como todas las demás, su mensaje de mercadeo diría algo así: "Fabricamos computadoras geniales. Están muy bien diseñadas, son sencillas y fáciles de usar. ¿Quieres comprar una?" No. (...) es poco inspirador. Apple realmente se comunica así: "En todo lo que hacemos, creemos en el cambio del status quo. Creemos en un pensamiento diferente. La manera como desafiamos el status quo es haciendo productos muy bien diseñados, sencillos y fáciles de usar. Sencillamente hacemos computadoras geniales. ¿Quiere comprar una?" Completamente diferente, ¿verdad?"


La gente no compra los qué's, sino el porqué.

Yo te preguntaría ¿por qué te despiertas cada mañana?

Piénsalo, seguro los profesores que recuerdas trabajaban duro, eran interesantes y visionarios, personas con la capacidad de inspirar.