25 noviembre 2008

marteses

Los martes por la noche llego a mi casa sin aliento; es un día en que corro, corro, corro. Y es que los martes no tienen esa vida que puede tener un lunes, el primer día después del fin; o ese intermedio que puede representar un miércoles. Ah, ¡los martes!

Existe un momento, sin embargo, en el que el tiempo se congela; en donde el martes parece viernes. Ése se da cuando doy una clase de catecismo, mi "responsabilidad religiosa".

Es extraño pero comenzó el semestre y esos niños parecían demonios. Al inicio, me asombraba su posmoderno tono: "deja de verme, ¿sí?" -decía un pequeño de 12 a uno de 11 años, ante la pregunta de éste "¡hey!, ¡yo te conozco!, ¿estás en mi colegio, verdad?". El mayor le dijo después: "vuélveme a ver así y te golpeo como nunca, pendejo". Había mucho que hacer, así las cosas.

Ahora ha pasado un poco el tiempo. Ellos no han dejado de ser pequeños demonios, pero ahora están un poco más interesados y, hasta eso, muestran algo de humanidad ya. Entre las muchas historietillas contables, está la del alumno de Rodrigo, que dijo: "yo pienso que en el infierno, el diablo se burlará de nosotros aventándonos bolitas de tapioca con popote".

Nos tomaron ya la foto para la "memoria" y, hasta eso, salimos bien. Prometo ponerla después.

Hoy, mientras los veía correr; mientras se escapaban de mis manos cuando jugábamos fut al final, pensaba: "quiero que me contagien esas pilas que traen siempre". Entre carcajadas, David G de la T y yo coincidimos: éste, en contraste con los andares diarios, es el momento de relax.

*En memoria de su abuela.

24 noviembre 2008

dicen que dicen

Dicen que nuestro cerebro humano puede recibir, soportar e interpretar ciertos - y sólo ciertos- porcentajes de información.

Dicen que, en semanas de finales, esos porcentajes pueden acercarse a sus topes, provocando actitudes adolescentes en personas que parecían haber superado esa etapa de su vida.

Y dicen que yo... dicen que yo ya llegué a mi tope.

16 noviembre 2008

pont malade


Describiría la semana pasada como inmensamente destemplada. Y es que se sumaron los acontecimientos políticos-económicos globales, con los personales; las noticias, esta vez, podrían resumir mi diario andar. Porque si la bolsa marchaba hacia arriba, mi bolsillo maravillosamente encontraba peso; y ¡hay de mí! cuando la bolsa bajaba. ¡Maldita crisis!, ¿quién es el culpable?, ¿Bush?, ¿la guerra? Michael Moore quizás respondería afirmativamente. ¿Yo?, no sé.

Además, cerramos exámenes de tercer periodo y tuve un fuerte "esplin" de injusticia social.

Necesitamos una limpia global. Generalizo una recomendación de “las chicas Olinalá”. Pero, quién podría hacer esa “limpieza mundial” sin contaminarnos. Dicen que si la “energía” del que la realiza –la limpia- no es lo suficientemente poderosa, entonces uno –el que se la realiza- podría verse afectado para siempre; su aura podría quedar contaminada. Quizás alguien ya lo intentó con el mundo, y por eso sufrimos del calentamiento global; quizá nuestra(o) aura esté dañada.

Espero nunca tener que hablar de brujería en Los Secretos de la Razón. El presente episodio, el titulado “La humanidad, sus adicciones y la Filosofía”, fue catastrófico; apenas logramos atar los temas.

Cerramos la semana con Sicko, té con limón y una mediana gripa. Éstos –los vientos que se intrometieron en la ciudad- enfriaron de más los pies y la cabeza de muchos. Yo, entre ellos. ¡Ni modo!: paracetamol.

Lo bueno es que tenemos puente.

10 noviembre 2008

y mi auto?

Éste, como otros sábados, acudí a un cantabar reconocido del centrito valle. Como otros sábados me estacioné por allí... "esquivé" el ballet parkin', que cuesta 60, más propina. Me "parkié" a gusto, a unos pasos del lugar.

Según David, yo "estaba salado" ese día. Unas horas antes, había roto la llave de su casa en un intento por entrar -se quedó atorada en la chapa y la forcé para que girara: mala opción"-. Además, habíamos, ambos, "sufrido" un "accidente" generacional -perdón por todas las comillas, pero son necesarias-.

Fue así como decidimos dirigirnos a tal cantabar. Íbamos en mi auto, lo estacioné cerca de una esquina. Entramos al lugar -tuvimos que pagar, aunque llevábamos pases- y -primer acierto- nos invitaron las bebidas: "hey, qué van a tomar", dijo uno que no parecía mesero, "nada", respondimos con inseguridad -no queríamos gastar-. E insistieron, "vamos, ¿qué les traigo?". No tardamos mucho en reaccionar "¡nos quiere invitar!". "Bueno, sería...". Y pedimos nuestras bebidas (hago un paréntesis para agradecer a ese señor, que nos pichó las bebidas de la noche).

Poco después salimos. La edad promedio era de 17, si no menos. Recorrimos la avenida y comencé a presionar el botón de "abierto" en las llaves de mi auto. No sonaba nada. Las lucecitas parpadeantes no parpadeaban. Ya no estaba mi carro.

"Wey, esto nos faltaba" dijo David. Yo me quedé en silencio. Se habían llevado el carro al corralón.

Y en vez de gastar nada, ese fin mi cartera perdió 600 y feria pesos. Ya les contaré cómo lo saqué.

07 noviembre 2008

amo la libertad

A la libertad, es difícil no amarla. Sueño con un mundo en donde podamos todos tender a ella y gozarla.

Me pesa la historia y sus esclavos. Pero me cuesta más pensar en las nuevas formas de esclavitud.

Amo la libertad: poder decir lo que yo quiera; sin miedo, sin temor. Amo el poder que nos da la comunicación y la libertad también del -los- que nos escucha -n-.

Toma el pasaporte del mundo, toma tu premonición y gózalo.

04 noviembre 2008

actitudes filosóficas


De filósofo tengo poco, sólo eso que tenemos todos ("de médico, filósofo y loco, todos tenemos un poco"). Ayer lo constaté cuando dejé las llaves de mi auto pegadas en la chapa de la puerta exterior de mi casa.

Sólo tiempo después me percaté, cuando mi padre entró a la casa repitiendo mi nombre varias veces "Oscar, Oscar, Oscar", con las llaves en mano.

Es divertido ser despistado. Pienso que de viejo me tendrán que instalar una playera que diga: "soy Oscar, vivo en la calle 'x', si me ves repórtame a este teléfono: bla, bla, bla..."

Son pocas las cosas que jamás podré olvidar: que existo, que soy mexicano y que hoy son las votaciones en los EU. Voten.