01 febrero 2010

Wall-e, el futuro y la imaginación

Un buen amigo tuvo sueños sobre la humanidad futurista: sin cejas o pestañas, sin cabello, sin uñas, sin un pelo, sin células muertas que "invadieran" nuestros cuerpos. Pregunté, ¿lo viste en tu bola de cristal? No, respondió, pero es de alguna manera lógico…


Y de lógica a veces la imaginación no tiene una gota. De cualquier modo entré en ese juego y, siguiendo esas tendencias, inmediatamente –¡ah inmediatez!- dibujé en mi cabeza un prototipo de humano.


No se parecía a lo que hemos visto en televisión. Es difícil resumirlo en unas cuantas palabras -para eso está el cine-. Ahora que lo pienso es parecido al que plantearon mis amigos de pixar en wall-e. Quizá después saque una película o un corto en donde explique mi visión futurista del hombre. O, no sé, probablemente pueda expresarlo a través de un logotipo.


Pero si quisiera dar unos breves trazos. Tomando como referencia lo que mi amistad apenas subrayó, comenzaría diciendo: bien, no tiene pelo, uñas o cejas. A ese gusano, agrégale las extremidades, vístelo futurísticamente (yo creo que los rombos y cuadros habrán regresado para entonces), tendrá un sentido más, pónle una tercera oreja, ojos en la espalda y ya está: el modelito físico del futuro. Después ponle un nombre y sácalo a pasear.


En el plano social, veo a mi “avatar” a la Ryan Bingham, llevando solo una mochila. Y nada más. Éste sería enteramente independiente a/de la humanidad y absolutamente subordinado de las tecnologías que nosotros mismos desarrollamos. No hace falta ser sociólogo para darse cuenta de ello, el tema está trilladísimo: nos separamos cada vez más unos de otros.


En esa mochila estaría la nueva versión del iphone –con esto pretendo decir que el iphone permanece por varios años más-, un cambio de ropa y un par de cosas más.


La parte espiritual no sé cómo imaginarla. Hay de dos: o es ateo, o es un ecléctico que ha logrado reunir o resumir las religiones en una sola. Psicológicamente está destruido.


Y acá termina el juego. Sería un poco depresivo seguirle. Malditas tendencias. ¿Irán en realidad en contra de la propia definición de hombre?, ¿Nos llegaremos a acostumbrar en algún momento a estos nuevos mundos?, ¿qué no el hombre es un animal social?, o ¿eso ya quedó como una etapa más de la evolución que ya superamos?, ¿se puede definir y construir al hombre en sí mismo y sin los demás, sin la sociedad?

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