18 enero 2009

Aún

Nos dimos cuenta que la razón nos guarda secretos y que, aún, los secretos de la razón no son tan misteriosos ni oscuros; pero tampoco claros o discretos.

Ella, la razón, nos reveló que una rosa es una rosa; que el mundo está triste; que Dios existe y que la lógica pronto perdería sentido.

Pero no le creímos. Salimos corriendo y más bien confiamos en lo que los latidos del corazón nos dictaban como en clave morse.

Esta mañana, bajo mi almohada, encontré un recado firmado por ella. Decía: "En breve, desaparecerá la ansiedad por agradar, no existirá más la necesidad de acumular bienes o fama, jamás sentirás de nuevo la urgencia por mostrar el propio valor: la razón."

Y luego miré arriba. Estaba rodeado de personas con celular en mano.

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