10 octubre 2011

El principio de la aclamación

Varias veces he usado la expresión "hablando del rey de Roma" o "hablando del diablo y se asoma", pero nunca con tanta razón como hoy. Y es que creo en el principio de aclamación; que cuando hablas de alguien, a veces, lo aclamas. Hoy me sucedió dos veces.

Resulta que estaba preocupado porque un cliente, Jorge, cumplió años el fin de semana y yo no lo había felicitado. Le dije a Daniel, mi socio en BANG!, "Dan, creo que Jorge cumplió años el viernes y no lo felicitamos ni le mandamos la red box como a la mayoría de nuestros clientes".

En eso se escuchó la puerta. ¿Adivinen quién iba entrando? ¡Precisamente Jorge!

"¡¡¡Jorge!!!, no es posible, justo estaba hablando de ti", le dije. Seguramente pensó: "¡ay!, no manches". Se sentó junto a mi escritorio, lo felicité y comenzamos a hablar de lo que nos concernía.

Jorge se dedica, entre otras cosas, al negocio de la ganadería. Mientras hablaba con él se me ocurrió otro cliente con el que teníamos proyectos pendientes, Mau. De hecho Mau y Jorge se dedican a lo mismo. Le dije a Jorge "Jorge, tengo un cliente que hace lo mismo que tú, déjame te enseño el sitio web que le hicimos"

En eso se escuchó la puerta. ¿Saben quién era? Era Mau.

No me la podía creer. ¡¡¿Dos veces el mismo día?!!

Presenté a Jorge con Mau y hablaron de ganado en un idioma que parecía distinto al español. Que las fronteras y los precios y las vacas...

Qué padre es presentar a dos personas que comparten temas de conversación entre sí. Más interesante aún que dos clientes se conozcan en tu terreno. Pero, sobretodo, qué curioso pensar en alguien y que, en poco tiempo, se aparezca en la puerta de tu oficina.

Yo por eso tengo a Steve Jobs en "el escritorio" de mi Mac. A ver si da resultado.

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