¡que la vida es sueño!

Efectivamente mi visión reflectiva de la vida se ha visto alterada en los últimos días. Podríamos decir que sufre en cama, enferma e incapaz de ser lo que alguna vez fue. No es que se arrepienta de lo que ahora hace -ahora aprovecha el tiempo de otra manera- sino que tiene chispazos y evidencia que no la dejan engañarse a sí misma. Ahora esa visión se ha vuelto más espacial, más de la vida práctica. Ahora ha dejado de escribir. Nunca le dio tantas vueltas a las cosas, nunca fue secundaria -al menos no en gran escala. Pero sí que contemplaba; sí que miraba; sí que...

Mientras leía este texto, Wally pensaba "pero si la vida es frenesí" y le daba vueltas a otros asuntos. Acababa de darse cuenta que no soñaba sino que la vida seguía. Salió de casa, subió a su caballo y se fue.