Parecería que son polos opuestos, pero encuentro similitudes entre el aeropuerto, un antro y un funeral.
Los tres son lugares de reunión. En los tres hay movimiento; un fluir de personas. En los tres, los sentimientos pueden llegar a su máxima expresión (ya sea expuestos en lágrimas, risas y hasta baile). En los tres hay abrazos (quizás manifestando cosas distintas).
En los tres, la espera es un elemento importante.
En un aeropuerto, espera el que va a salir, pero también lo hace aquél que aguarda la venida de un ser querido. Esperamos en la fila a que nos den el boleto; mientras documentamos; para que nos hagan la inspección; para subir al avión; para bajar; recoger el equipaje… esperamos llegar al lugar deseado; que estén allí esperando al llegar; dar ese abrazo; esperamos que nos reciban con alegría…
En un antro la espera es distinta. Allí esperas entrar; esperas mientras el mesero sirve las bebidas; esperas bailar; esperas ponerte o no ponerte borracho –de los antros y los borrachos quizá surja una nueva entrada. Y luego ya no esperas nada.
En un funeral, esperas que el muerto esté en el cielo. Esperas poder saludar a la familia; esperas que tu abrazo diga las palabras que no te atreviste a decir; esperas que el negro que traigas puesto no esté desteñido; esperas que tu funeral esté tan lleno como ese.
En fin, creo que no son tan distintos.
¡Hay del aquél que los quiera visitar el mismo fin!
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