06 febrero 2009

cero, uno, ochocientos

A veces me siento como encerrado en el mundo de las computadoras; como encapsulado en mi propia matrix personalizada... un espacio vacío en el que nada más estoy yo y una serie de figurillas que pretenden ser personas, pero que son sólo lo que quedó de ellas.

Esas figurillas se esconden en cajones distintos. Y van apareciendo en cuando hago click allí en el contenedor.

Unos contenedores son muy nuevos, recién construidos, y permiten la entrada a grupos selectos. Otros, piden reunir ciertos requisitos para entrar, como la mayoría de edad o tener alguna nacionalidad. Otros son abiertos y libres.

He intentado mantenerme en contacto con las personillas de los primeros cajones, de aquellos que tengo más a la mano. Pero, justo cuando la dinámica del conocimiento mutuo comienza, desaparecen como la sal.

Quiero salirme de este mundo en donde nadie es sincero. Quiero estar allá afuera, en donde todo es permanente y nada fugaz. Allá en donde está el sonriente guardia de azul -ese mismo que multó a las sampetrinas aquel día-. Quiero que retiren esas cámaras de este rostro, que solloza por dentro porque no encuentra la realidad.

4 comentarios:

  1. quiero ir a Houston a escuchar Coldplay en vivo

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  2. Esto es un experimento. Dicen que cuando ves uno o dos comentarios, se hace polémica (o aunque no la hagan) y te invitan a comentar también.

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  3. te faltó decir: 'comentarios buenos' no sólo randoms eh! jaja ntc

    bueno pues sal de tu matrix, o tal vez puedas bajar la nueva versión y te agradará aunque yo dudo que en alguna versión de matrix pueda estar la verdad.

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  4. de hecho, ahora que lo dices, voy a aplicar lo del "update" en una de esas me encuentro con mi propio yo allí... jajaja... saludos

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