15 enero 2007

que no muero porque no muero II

Hay momentos en la vida (a veces son pocos y fugaces) en donde nos topamos con las llamadas "ganas de vivir". No digo "ganas de vivirlo todo" o "ganas de ser vividores", me refiero simplemente a las "ganas de vivir". Es en esos momentos -continúo-, cuando nos tropezamos con buenas noticias o quizás también (mejor aún) cuando nos topamos con que todas son malas, cuando decimos, "no muero porque no muero"; gritamos "quiero sacarle todo el jugo a este momento". Quizás en principio suene bastante mundano el comentario. Quizás lo sea. O quizás no. Da igual. Algunos decimos que son traguitos de gloria. Me he encontrado con viejos que ven la vida así: intentan ganarlo todo; gozarlo todo; y en el buen sentido. No me refiero a los que buscan sólo el placer o sus efectos, sino a los que saben vivir, darle sabor al jugo que es la vida.

Yo, sencillamente, muero por que no muero, pero no muero porque no muero.

2 comentarios:

  1. "¡Ay, qué larga es esta vida!
    ¡Qué duros estos destierros,
    esta cárcel, estos hierros
    en que el alma está metida!
    Sólo esperar la salida
    me causa dolor tan fiero,
    que muero porque no muero."
    St Teresa de Ávila

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